Recordando a un Servidor Público
Fernando Pérez Guzmán (Ex Funcionario de INDAP)
El Tatita: Desde su simpleza se destaco como un gran político, empleado público y hombre de familia, dejando un gran legado para quienes le conocieron.
El Tatita: Desde su simpleza se destaco como un gran político, empleado público y hombre de familia, dejando un gran legado para quienes le conocieron.
Vocación publica que le permitió formar una familia y tener un hogar constituido, este gran hombre fue un padre abnegado de una familia de tres hijos, Gloria – Educadora de Párvulos, Paola – Secretaria Jurídica y Fernando – Diseñador Grafico, cada uno con profesiones que lograron gracias a su esfuerzo junto a su esposa Juana Elisa Reyes Cáceres. Mujer que lo acompaño en todo en su lucha por un hogar constituido y alcanzando a disfrutar a concho a cinco de sus 6 nietos, el ultimo vivía sus últimos meses de gestación mientras su abuelo vivía sus últimos días en el Hospital Regional de Rancagua.
Con mucho cariño sus mas cercanos le llamaban de cariño el Tatita por sus albas cabelleras, apodo que lo hacia sentir orgulloso ya que el decía recordar a quien fuera su prócer en la política, Eduardo Frei Montalva. Mundo del cual estuvo ligado como dirigente sindical de la mano del que fue su partido, la Democracia Cristiana , luchando en la clandestinidad muchas veces por los derechos de los campesinos implementando la Reforma Agraria junto a Rafael Moreno, o Los Hermanos Armando y Ricardo Tudela y últimamente junto a Alejandra Sepúlveda Ordenes, actualmente Presidenta de la Cámara de Diputados en sus tiempos de Directora Regional de INDAP.
Fue un militante disciplinado y nunca hizo diferencias entre los distintos ismos dentro de su querida falange, para el todos eran sus camaradas y trabajo para todos no importando las tendencias internas.
Vocación que lo llevo a ser un hombre reconocido en toda la región en donde fuera, desde la costa a la ultima comuna, alguien lo reconocía, cuentan sus familiares que con orgullo ayudo a organizar a campesinos los cuales eran burlados y abusados por sus patrones, así mismo siempre demostró una voluntad de oro, trasladando en el minibus que conducía a organizaciones campesinas a seminarios y congresos.
Una de sus tareas que más recordaba con emoción fue en el año 2006 haber participado del traslado de campesinos de San Fernando usuarios de INDAP sufrieron un accidente mientras se trasladaban en un bus a una Gira Técnica para la entrega de certificados de la Comisión de Riego Campesino, transportando meses después a parte de los sobrevivientes desde sus casas alejadas de la ciudad a terapias de recuperación. Su acción ejemplificadora fue luego engrandecida por su gran espíritu de colaboración.
Era un hombre de gran corazón, siempre le dio la mano quien se la solicitara que irradiaba alegría, siempre saludaba con gran gozo a quien fuera no importando su color político, actitud que le hizo ganar un gran respeto en sus conocidos.
A pesar de que Don Fernando era un hombre ágil y deportista quien no dejo un día de movilizarse en su bicicleta que con cariño le decía la yegua flaca, desde su casa de Población Manzanal de Rancagua, hasta su trabajo calle Cuevas con Campos y conoció la pala a sol y sombra arando la tierra desde niño junto a su padre, también campesino quien sembró junto a su hijo la tierra en el viejo Baquedano y lo Miranda.

Tras doce días de seguir peleándole a la muerte salía vencedora y su corazón dejo de latir.
Tal como fueron sus palabras simples y llenas de humildad en su despedida al jubilar “Espero que me recuerden como una persona leal, responsable, honesta y trabajadora, espero que me recuerden con cariño como yo les recordare a ustedes”
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